La semana pasada hubo un gran escándalo debido a unas declaraciones del presidente Gustavo Petro en las que afirmó que era el “Jefe del Estado” y, por lo tanto, era el “Jefe del Fiscal”.
¿Es el presidente Petro el jefe del Fiscal Barbosa?
El término “Jefe de Estado” no es lo mismo que “jefe del Estado”. En realidad, el término Jefe de Estado se refiere a una persona que representa al país tanto a nivel nacional como internacional. Simboliza la unidad del Estado colombiano, pero no significa que tenga autoridad administrativa sobre todos los servidores públicos ni sobre todas las instituciones del país.
La Constitución de 1991 otorga al presidente tres tipos de funciones: como Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa. Esto lo convierte en la cabeza de una de las tres ramas tradicionales del poder estatal.
¿Qué está en juego con las declaraciones del presidente?
Al pretender ser reconocido como jefe o superior administrativo del Fiscal, el presidente está alejándose de uno de los principios fundantes del Estado de Derecho democrático: la separación de poderes.
Este principio distribuye las funciones públicas en diferentes ramas o entidades independientes para mantener el equilibrio y evitar la concentración excesiva de poder en una sola persona o grupo. Tener esa separación es especialmente importante para la rama judicial, a la que pertenece la Fiscalía, donde la imparcialidad y la independencia son requisitos sin los cuales no se puede garantizar la justicia.
¿Qué reacciones provocaron las declaraciones del presidente?
Los medios de comunicación cubrieron ampliamente esta noticia, cada comentarista político y cada profesor de derecho constitucional se indignó por sus implicaciones; la Corte Suprema de Justicia consideró necesario reaccionar y corregir lo que el presidente Petro dijo al público.
El Fiscal Barbosa, en una entrevista en la WRadio, llegó a decir que “el presidente está asumiendo una actitud de dictadura”, convirtiendo unas declaraciones mal informadas y fuera de tono en un “atentado a la democracia”.
¿Qué nos deja este episodio?
Es cierto que el presidente cometió un grave error al referirse a sí mismo como jefe del Fiscal General. Declaraciones como estas debilitan las relaciones democráticas en el público general y, en consecuencia, dentro del Estado.
Sin embargo, debemos resaltar un aspecto de las declaraciones del presidente que no se ha discutido mucho en los medios de comunicación colombianos: el inicio de esta interacción entre el presidente y el Fiscal fue la solicitud de información del primero a la Fiscalía sobre una denuncia pública hecha por un periodista en la que se acusa a la entidad de actuar indebidamente en procesos de investigación contra el Clan del Golfo. Estas actuaciones y omisiones indebidas de la fiscalía presuntamente habrían dado lugar a 200 asesinatos por parte del grupo criminal.
Es importante señalar que las declaraciones del presidente Petro respecto a su supuesta autoridad sobre el Fiscal General Barbosa han generado una gran controversia en la opinión pública. Es fundamental recordar que la separación de poderes es un principio esencial del Estado de Derecho democrático y que cualquier intento de socavarla es un ataque a la democracia y a las instituciones del país.
Es crucial no perder de vista el trasfondo de la disputa: la necesidad imperante de investigar y erradicar la corrupción y la violencia en Colombia. Es tarea de todos los ciudadanos poner atención a las cuestiones fundamentales y no distraernos con el ruido de las discusiones de egos políticos. En última instancia, lo que verdaderamente importa es trabajar juntos para construir un país más justo y equitativo, donde se respeten los derechos de todos los ciudadanos y se combata de forma efectiva la impunidad y la violencia que tanto daño le han hecho a nuestra sociedad.
Valeria Margarita Blanco Restrepo
Directora de Análisis y Gestión Jurídica